quinta-feira, 2 de abril de 2015


Quem elogia Bergoglio

«Eu cá nunca tinha visto nada disto»...


Heduíno Gomes

Circula na net um powerpoint com o título «Eu Nunca Vi», que constitui um grande elogio a Bergoglio, colocando-o num pedestal.

As razões do elogio são populistas, igualitaristas, relativistas religiosas, demagógicas... (e outras não poderiam ser!).

E, claro, esses «elogios» implicam críticas aos papas anteriores, esses que não foram populistas, não foram igualitaristas, não foram relativistas, não foram demagogos...

E quem é o autor do maravilhoso texto «socio-teológico» que tanto agrada aos modernistas e às baratas tontas?

Um brasileiro, de seu nome Cláudio Pfeil.

E quem é este Cláudio Pfeil?

Palavras para quê? Veja as imagens...

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Claudio e Marcio: um casal em perfeita sintonia
http://www.foradoarmario.net/2014/02/diario-de-um-analisando-em-paris.html
[O Cláudio Pfeil é a bicha da direita]
http://revistaagitorio.com.br/rio-lifestyle-festival-a-1a-festa-gay-internacional-do-rio-de-janeiro/
[O Cláudio Pfeil é a bicha da esquerda, no 1.º Festival Gay do Rio de Janeiro, em 2014]

Conclusões morais da história:

1 – Esta coisa lá tem as suas razões para elogiar Bergoglio.

2 -- Eu, sendo papa ou não, preferiria que uma coisa destas não me elogiasse e, ao contrário, dissesse mal de mim!





quarta-feira, 1 de abril de 2015


O estado da Igreja

Mais um exemplo de inclusivismo na Igreja


Nuno Serras Pereira

Há bem mais exemplos que se poderiam indicar em outras dioceses e em universidades, em vários pontos do mundo. Este é tão só o mais recente que conheço. Uma professora de Teologia católica é despedida de uma escola católica por se opor no seu Facebook ao «casamento» homossexual.




Ler mais em:

http://moldaraterra.blogspot.pt/2015/03/o-estado-da-igreja-mais-um-exemplo-de.html





terça-feira, 31 de março de 2015


O cardeal Koch adverte

que a Igreja não pode adaptar-se aos tempos

como os «Deutsche Christen» ao nazismo


El cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, ha advertido a los obispos alemanes que la Iglesia no puede adaptarse a los tiempos de la manera en que los Deutsche Christen, organización de cristianos luteranos alemanes, lo hicieron para apoyar el nazismo.


(LSN/InfoCatólica) En una entrevista con el periódico católico alemán Die Tagespost, el cardenal suizo refuta las propuestas del cardenal Reinhard Marx y del obispo Franz-Josef Bode, ambos delegados de la Iglesia en Alemania para el próximo sinodo de la familia, en el sentido de que la Iglesia debería de adaptarse a las situaciones de las vidas de los católicos hoy en día y liberalizar su actitud hacia los divorciados vueltos a casar.

El cardenal Koch se refirió especialmente a las palabras Mons. Bode, diciendo que las mismas deberían de recordarnos una situación histórica similar: lo ocurrido durante en Tercer Reich, cuando los Deutsche Christen (luteranos) ajustaron su fe a la visión del mundo del nacionalsocialismo, especialmente en la cuestión racial y nacionalista:

«Pensemos en los Deutsche Christen durante la época del nacionalsocialistmo cuando, junto a las Sagradas Escrituras, ellos elevaron la Raza y la Nación a la categoría de fuentes de la Revelación, algo contra lo que protestó la Declaración teológica de Barmen (1934), que rechazó la sumisión de las iglesias protestantes al estado. Tenemos que saber diferenciar muy cuidadosamente aquí y ahora, y analizar con sensibilidad los signos de los tiempos, para ver qué espíritu está detrás de dichos signos: ¿Cuáles son signos del evangelio y cuáles no?»

El cardenal suizo, ha insistido en que es peligroso tomar la manera en que los cristianos viven la fe como una fuente de revelación:

«Ver cómo y de qué manera la gente está viviendo su fe hoy es desde luego importante y provechoso, de cara a reconocer los retos y deberes pastorales de la Iglesia. Sin embargo, esas «realidades existenciales» no pueden ser una tercera fueten de revelación junto con las Sagradas Escrituras y el Magisterio»


Deutsche Christen

El Deutsche Christen fue un movimiento religioso iniciado por un grupo de clérigos y feligreses de las iglesias protestantes luteranas de Alemania en 1931, que propusieron y difundieron una fusión de elementos del cristianismo y del nazismo para plegarse a la ideología del Tercer Reich. Tenían como lema: «La esvástica en nuestros pechos, la cruz en nuestros corazones»

Ejemplos del pensamiento de dicho movimiento:

«Para un alemán, la Iglesia es la comunidad de los creyentes que están obligados a luchar por una Alemania cristiana… El Estado de Adolfo Hitler apela a al Iglesia: la Iglesia debe responder a la llamada». (Resolución de la primera Conferencia Nacional del Movimiento de la Fe (luteranos) 3/4/1933)

«Hitler, el redentor de la historia de los alemanes… la ventana a través de la cual la luz se proyecta sobre la historia del cristianismo». (Del manifiesto de los Deutsche Christen de Turingia)

«Hitler y los nazis son regalo de Dios». (Del discurso de aceptación del título de obispo del Reich, recibido por el pastor Ludwig Muller de manos del propio Führer. Durante la misma ceremonia, el pastor Leutheuser cantó: «Cristo ha venido a nosotros a través de Adolfo Hitler… Hoy sabemos que el Salvador ha llegado… Tenemos una sola tarea, ser alemán, no ser cristiano»)

«La Iglesia evangélica alemana se compromete a afirmar unánimente su lealtad incondicional al Tercer Reich y a su jefe. Condenamos en los términos más enérgicos la intriga o la crítica contra el Estado, el pueblo o el movimiento [nazi], formas destinadas a amenazar al Tercer Reich. Sobre todo deploramos las actividades de la prensa extranjera que intenta falsamente representar las discusiones en el seno de la Iglesia como un conflicto contra el Estado». (Comunicado de 12 pastores luteranos tras haber sido recibidos oficialmente por Hitler en enero de 1934)

Algunos de los pastores luteranos que se negaron a aceptar semejante ideología sincretista con el nazismo fueron perseguidos, encarcelados e incluso martirizados. Entre ellos destaca con luz propia el pastor Dietrich Bonhoëffer.






O cardeal Müller qualifica de anticatólicas

as declarações do cardeal Marx sobre o sínodo


La idea de que las conferencias episcopales pueden tomar decisiones doctrinales sobre el matrimonio y la familia al margen del Papa y un sínodo general es «absolutamente anti-católica». Así lo ha asegurado el Cardenal Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en una entrevista exclusiva con la revista católica francesa Famille Chrétienne.


(Catholic Herald/InfoCatólica) El cardenal Gerhard Müller afirma: «Esta es una idea absolutamente anti-católica que no respeta la catolicidad de la Iglesia. Las conferencias episcopales tienen autoridad sobre ciertas cuestiones, pero no un magisterio paralelo al Magisterio, sin el Papa y sin comunión con los demás obispos».

El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe ha replicado a las tesis del cardenal Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, que en declaraciones a periodistas aseguró que «no somos una filial de Roma. Cada conferencia episcopal es responsable del cuidado pastoral en su cultura y debemos, como nuestra tarea más propia, anunciar el evangelio por nuestra cuenta». En cuanto a la pastoral, el cardenal Marx aseguró que «el Sínodo no puede prescribir en detalle lo que vamos a hacer en Alemania».

Ante ello, el Cardenal Müller, máxima autoridad doctrinal de la Iglesia Católica tras el Papa, ha recordado que «una conferencia episcopal no es un sínodo local, menos aún un concilio ecuménicoEl presidente de la conferencia episcopal no es más que un moderador técnico, y no tiene ninguna autoridad magisterial particular debido a este título».

Y añade que «las diócesis no son tampoco dependientes de la secretaría de las conferencias episcopales, ni de la diócesis cuyo obispo preside la Conferencia Episcopal».

El purpurado concluye: «Esa actitud amenaza de hecho con un despertar de una cierta polarización entre las Iglesias locales y de la Iglesia universal, algo fuera de lugar después de los concilios Vaticano I y Vaticano II. La Iglesia no es la suma de las iglesias nacionales, cuyos presidentes votarían para elegir a su jefe a nivel mundial».